¡Ya te veo, qué alegría!; por fin, te muestras majestuosa en ese cielo que nos cobija. La pocas personas que saben de la existencia de este blog, me dicen que su nombre es propio de una poetisa enamorada; lo que ellos no saben es que, mirarte todas las noches, preocuparme dónde y cómo estarás, saber en qué fase de tu periplo vital te encuentras, tiene también un aspecto práctico que resulta muy útil para realizar con éxito un sinfín de actividades cotidianas.
Mira, cuando yo era pequeña, había una persona en mi pueblo , a la cual, yo quería mucho. Se llamaba Pablo y los chicos le llamábamos tío Pablo. Se podría decir de él que era trabajador, humilde, sabio natural, cariñoso....pero, el adjetivo que más se ajustaba a su personalidad es....¡bueno!. Me acuerdo, que yo me iba al horno donde él trabajaba y le decía....-Tío Pablo, deme una peseta-. y él me contestaba...-No, hija una peseta,no...porque no tengo, pero sí un rosco recién sacado del horno-. Siempre le preguntaba lo mismo y...yo ya sabía la respuesta que me iba a dar...pero....¡me encantaba oírselo decir...!.
Déjame que te cuente alguna cosa de él, porque jamás he escrito nada sobre su persona y, verdaderamente, me dio momentos muy entrañables en mi niñez.
En mi pueblo, cuando había algún enfrentamiento entre los vecinos del pueblo, como no había jueces, existían dos personas llamadas el hombre bueno y la mujer buena,que ayudaban a resolverlos. Pues bien, ellos eran el tío Pablo y mi abuela Ascensión (algún día dedicaré un post entero a esta mujer a la que tanto quise). Me contaban, que eran dignos del apodo que les habían dado...daba gusto verles resolver las posibles cuitas, de una forma justa y directa. A parte de esta ocupación, sabía un montón de las colmenas: qué había que hacer cuando enjambraban, cuándo había que catar, cómo se aprobechaba el opérculo,....muchas de estas cosas se las enseñó a mi padre. Fue un hombre feliz, no tuvo jamás dinero, pero tenía bondad y sabiduría. Murió como vivió...en paz.
Bueno, mi dulce luna, me dirás....¿por qué me has contado esta historia?....yo creo que es, porque lo necesitaba y...porque él era un gran amante tuyo...me decía...-Nena, ELLA, es el reloj de la vida y, en la antigüedad, recibía el título de reina del nacimiento y del crecimiento, la que da la vida.
Nuestras abuelas, sabían mucho acerca de como aprovechar los cambios lunares y usaban estos conocimientos para planificarse; por ejemplo, en sus tareas domésticas, nos contaban que la ropa que se lavaba con LUNA menguante quedaba más limpia con menos esfuerzo, era muy útil en los tiempos en que se lavaba a mano, otro caso que nos cuentan es que cuando querían recuperar una plantas enferma, la podaban radicalmente cuando tú, mi dulce lun, estabas en Novilunio. En fin,...como verás....nos ayudas a elegir el día mas apropiado para cada actividad.
A quien quiera saber más sobre mi dulce luna....no olvidéis lo influyente que es en nuestras vidas....quizás no sea muy científico, pero.....
LUNA Nueva: Solo hay una al mes (Tierra - Luna - Sol) y sus efectos influyen un día antes y otro después, no iniciéis ningún proyecto, perfecto para hacer una dieta, son momento de cambios.
LUNA Creciente: Está, alrededor de 13 días al mes, es buen momento para poner en marcha cualquier proyecto, si os cortáis el pelo crecerá más rápido y más fuerte, es época de fortalecimiento.
LUNA Menguante: Dura unos 13 días, y podéis dedicarlos ha hacer aquellas actividades que os cuestan más esfuerzo, es un tiempo para terminar todo lo que tienéis pendiente, sirve para limpiar, depurar y cancelar.
LUNA llena: Se encuentra opuesta al sol (Luna - Tierra - Sol), sus efectos se prolongan un día antes y otro después, su punto de máximo crecimiento da momentos de plenitud y exaltación.
La LUNA nos acompaña.....¡obsérvarla!.....yo, mientras tanto....me voy a bailar un rato con ella.....