16 de septiembre de 2006

...me voy con mi sol....dulce luna

Mi querida dulce luna...llevo varias noches sola; asi que, he decidido irme con nuestro amigo el sol...que....¡por cierto!...luce hermoso y majestuoso hoy...Estamos callejeando el Mundo...ya sabes que yo no soy una deidad y me tengo que limitar a este humilde planeta llamado Tierra....que, por otra parte, aunque no tiene esa grandiosidad de tu Universo, tiene la vida, la alegría,...de un planeta, vivaracho, brioso, enérgico, potente, fuerte, superviviente y...entrañable....¡qué más puedo pedir!.
Espero verte pronto....renovada, pletórica y...tan bella como tú eres.

Mientras espero tu llegada, voy a escribirte un cuento....

LAS TRES PIPAS


Una vez, un miembro de la tribu se presentó furioso ante su jefe para informarle que estaba decidido a tomar venganza de un enemigo que lo había ofendido gravemente. Quería ir inmediatamente y matarlo sin piedad!El jefe lo escuchó atentamente y luego le propuso que fuera a hacer lo que tenía pensado, pero antes de hacerlo llenara su pipa de tabaco y la fumara con calma al pie del árbol sagrado del pueblo. El hombre cargó su pipa y fue a sentarse bajo la copa del gran árbol.Tardó una hora en terminar la pipa. Luego sacudió las cenizas y decidió volver a hablar con el jefe para decirle que lo había pensado mejor, que era excesivo matar a su enemigo, pero que sí le daría una paliza memorable para que nunca se olvidara de la ofensa. Nuevamente, el anciano le escuchó y aprobó su decisión, pero le ordenó que ...ya que había cambiado de parecer, llenara otra vez la pipa y fuera a fumarla al mismo lugar.También esta vez el hombre cumplió su encargo y gastó media hora meditando. Después regresó a donde estaba el jefe y le dijo que consideraba excesivo castigar físicamente a su enemigo, pero que iría a echarle en cara su mala acción y le haría pasar vergüenza delante de todos.Como siempre, fue escuchado con bondad, pero el anciano volvió a ordenarle que repitiera su meditación como lo había hecho las veces anteriores.El hombre, medio molesto, pero ya mucho más sereno, se dirigió al árbol centenario y allí sentado fue convirtiendo en humo, su tabaco y su bronca. Cuando terminó, volvió al jefe y le dijo: "Pensándolo mejor, veo que la cosa no es para tanto. Iré donde me espera mi agresor para darle un abrazo. Así recuperaré un amigo que seguramente se arrepentirá de lo que ha hecho".El jefe le regaló dos cargas de tabaco para que fueran a fumar juntos al pie del árbol, diciéndole: "Eso es precisamente lo que tenía que pedirte, pero no podía decírtelo yo, era necesario darte tiempo para que lo descubrieras tú mismo".

Desconozco el autor

3 comentarios:

BELMAR dijo...

Buenas óperas recomiendas...

Yo soy más bien wagneriano que verista, en cuanto a obras líricas...

Por estos días estoy a puro jazz!

Anónimo dijo...

Hola Dulce Luna:
¿Sabes? Me ha dado por venir a leer uno de tus primeros posts, no me preguntes porqué, jaja!, pero lo he hecho. Y da la casualidad de que tiene que ver con una historia que me ha ocurrido...en fin, no te garantizo que haga como el señor del post, pero parece como que estoy mas apaciguado...Ay, que cosas, señor.
Bueno, me alegro de haberlo hecho.
Un besote, que estes bien.

Jesús dijo...

Querida luna: estoy repasando tu blog poco a poco porque me quiero empapar de ti mas de lo que ya estoy. Cuántos malos momentos nos ahorraríamos si pensáramos antes de tomar decisiones violentas.
TQM