
Mi dulce luna...mi inspiración, ha abandonado mi barco y...,esperando su vuelta, tengo que tirar de recuerdos de antaño...de esos que vienen a mi corazón como un copo de nieve susurrante y me ponen en mis manos su etiqueta. Abro el día, como quien abre un libro y....cuando empiezo a hacer el equipaje sólo encuentro las letras impresas, varios años atrás, en mi corazón. Déjame que te cuente...
Madrid, tenía una calle donde los domingos por la mañana se apareaban perros con jilgueros, gatos con lagartijas, palomas con mangos de paraguas, tortugas con hámster, loros con viudas de militares. San Cayetano, se hacía cruces desde el altar de su templo en la Calle Embajadores,....rogando a Dios para que les perdonara sus inmoralidades.
En esta calle maravillosa, había un personaje muy popular y castizo llamado Chitín, el más antiguo organillero de Madrid,...el último voceador de prensa en España.
Chitín bebía porque tenía que apagar el fuego interior que le quemaba por culpa de las chulaponas, porque...tenía una herida de mordedura en el corazón que él le llamaba amor.
Era tan cariñoso que...hasta besaba a las estatuas.
Valentín González, arias Chitín, vestido de madrileño castizo, anudado su blanco pañuelo con lamparillas de vino a su cuello de pajarillo, con la gorrilla ladeada y una malabarista lágrima en la cuerda floja de la retina de uno de sus ojos, apoyado en su menudo conjunto de huesos calcados de piel, le daba jarete al manubrio del organillo, levantándonos el ánimo a todos los que le escuchábamos, mientras nos tomábamos nuestro chocolate con churros en la cafetería del barrio. El chotis, a mi tío Amadeo, le ponía alas en el alma. Él decía que el chotis no se baila,...¡se disfruta!, el chotis no se escucha...¡se degusta!; el chotis, para él era algo más que música popular....era un latido sentimental...un baile que enseña que a las mujeres hay que quererlas con...el indebido respeto.
Cuando sonaba el organillo a las vueltas de manivela que le daba Chitín, San Cayetano se remangaba las faldas de su hábito, ...saltaba de su altar y se echaba un bailecito con las beatas que le procesaban devoción. El bueno de Chitín sonreía, aunque calamitoso,... se le había caído la luna en una noche sin luna y, cuando se quería arrascar....tenía tan poco tino que...se rascaba donde no le picaba. Pero...él sonreía y les contaba a sus amigos sus cosas para ilustrarles; por ejemplo, les decía que un cocodrilo es una lagartija vista con una lupa o que...el dinero del pobre es el único que en este mundo hace milagros.
A Chitín, los domingos por la mañana, se le podía ver en la calle del rastro, donde solía comprar pájaros cautivos y...no para criarlos, sino...para llevarlos al parque de la plaza del Campillo del Nuevo Mundo, donde...muy orgulloso y emocionado, con gran ceremonia, los dejaba en libertad. Así era Chitín y...así lo recuerdo.
Madrid, tenía una calle donde los domingos por la mañana se apareaban perros con jilgueros, gatos con lagartijas, palomas con mangos de paraguas, tortugas con hámster, loros con viudas de militares. San Cayetano, se hacía cruces desde el altar de su templo en la Calle Embajadores,....rogando a Dios para que les perdonara sus inmoralidades.
En esta calle maravillosa, había un personaje muy popular y castizo llamado Chitín, el más antiguo organillero de Madrid,...el último voceador de prensa en España.
Chitín bebía porque tenía que apagar el fuego interior que le quemaba por culpa de las chulaponas, porque...tenía una herida de mordedura en el corazón que él le llamaba amor.
Era tan cariñoso que...hasta besaba a las estatuas.
Valentín González, arias Chitín, vestido de madrileño castizo, anudado su blanco pañuelo con lamparillas de vino a su cuello de pajarillo, con la gorrilla ladeada y una malabarista lágrima en la cuerda floja de la retina de uno de sus ojos, apoyado en su menudo conjunto de huesos calcados de piel, le daba jarete al manubrio del organillo, levantándonos el ánimo a todos los que le escuchábamos, mientras nos tomábamos nuestro chocolate con churros en la cafetería del barrio. El chotis, a mi tío Amadeo, le ponía alas en el alma. Él decía que el chotis no se baila,...¡se disfruta!, el chotis no se escucha...¡se degusta!; el chotis, para él era algo más que música popular....era un latido sentimental...un baile que enseña que a las mujeres hay que quererlas con...el indebido respeto.
Cuando sonaba el organillo a las vueltas de manivela que le daba Chitín, San Cayetano se remangaba las faldas de su hábito, ...saltaba de su altar y se echaba un bailecito con las beatas que le procesaban devoción. El bueno de Chitín sonreía, aunque calamitoso,... se le había caído la luna en una noche sin luna y, cuando se quería arrascar....tenía tan poco tino que...se rascaba donde no le picaba. Pero...él sonreía y les contaba a sus amigos sus cosas para ilustrarles; por ejemplo, les decía que un cocodrilo es una lagartija vista con una lupa o que...el dinero del pobre es el único que en este mundo hace milagros.
A Chitín, los domingos por la mañana, se le podía ver en la calle del rastro, donde solía comprar pájaros cautivos y...no para criarlos, sino...para llevarlos al parque de la plaza del Campillo del Nuevo Mundo, donde...muy orgulloso y emocionado, con gran ceremonia, los dejaba en libertad. Así era Chitín y...así lo recuerdo.
Hace unos días, te conté una historia que,...en esas noches de desierto donde tú...mi dulce luna eres como una lámpara que se queda de pie sobre la noche e invita a contar cuentos y hacer confidencias, Agmar nos deleitó con ella.

Agmar
Hoy os relato la segunda que se titula De la diferencia entre el ruido de una bofetada sobre la mejilla y el sonido de un martillo sobre el yunque. Este cuento nos lo relató Agmar en lengua badawi, en él aparece un héroe popular bastante malicioso...Jeha, cuyas historias se transmiten a lo largo de generaciones entre el pueblo beduino. Son historias sencillas, pícaras, que hacen de este personaje popular un hombre en rebelión continua, capaz de burlarse de cualquier forma de poder y que siempre acaba reivindicando su libertad.
Bueno...espero que te guste:
Un día entre los días, en ese país del poniente, Jeha duerme en su terraza. Como de costumbre, ofrece su cuerpo a los cuatro vientos y su espíritu a los sueños. Él está ausente de las sacudidas de la tierra. Indiferente a los temblores que inquietan al país. Él descansa.
Llega a este reino un sabio extranjero muy reputado proveniente de tierras lejanas. Le acompañan algunos discípulos. Seguro de él y de su sabiduría, frente a todo el pueblo reunido, desafía a sus hermanos y les invita a ir a exponer sus conocimientos. Todos pierden su prestigio y su cabeza en este enfrentamiento. El ridículo deshonra al reino y salpica a su señor. El rey monta en cólera. Las salas y los pasillos del palacio resuenan con sus gritos. Su ira invade a sus seres y objetos y barre todo a su paso:
-¡Guardias!...que se busque a Jeha. Sólo él podrá devolver el rojo a nuestras mejillas. ¡id!.
Los guardias,...se pusieron en marcha y previnieron a Jeha, que...sacrifica su reposo por la buena marcha de los asuntos del reino, y así, se dirige a palacio,...con el espíritu sereno y el verbo alegre. Entre las murallas del palacio, todo el pueblo está reunido formando un círculo gigantesco. Las bestias son sacrificadas. Los olores de la carne asada invaden el aire. El té al agua de rosas corre a raudales. El rey espera.
...Todos esperan. El sabio extranjero está de pie....él también espera. Cuando por fin llega Jeha, el sabio extranjero penetra en el interior del círculo, caña en mano y , saco en bandolera. Jeha le sigue con su vieja borriquilla. Él lleva una escudilla en la mano derecha y un bastón en la mano izquierda.
Jeha observa detenidamente al sabio extranjero. Éste hace lo mismo. De repente,...dibuja con su caña un círculo sobre el suelo. En seguida,... Jeha divide el círculo en dos...con un trazo horizontal. Los dos hombres se miran de nuevo con insistencia y..., acto seguido, Jeha traza una línea, esta vez vertical, y...divide el círculo en cuatro. Luego, hace el gesto con sus manos de...traer hacia él tres partes y ceder una al sabio. Éste eleva el brazo en el aire y lo deja caer violentamente. Jeha,...en respuesta, cierra el puño y lo lanza también violentamente hacia lo alto. El sabio,... comienza entonces a andar en círculo y...empieza a correr y a brincar. Parece imitar algo. Jeha sonríe y, con el ceño fruncido, saca un huevo de su chilaba y lo exhibe a los ojos de todo el mundo. El sabio apunta su índice hacia el cielo. Jeha apunta el suyo hacia los pelos de la borriquilla. El sabio, coge entonces, un odre lleno de agua,... lo vacía en el círculo y... alza los hombros. Jeha le tiende su bol. El sabio saca de su zamarra un martillo y simula golpear algo. Jeha coge entonces impulso y....abofetea a su adversario. El sabio, pálido, se detiene. Saluda a Jeha y...se retira, seguido de sus discípulos.
Durante el camino de vuelta a su tierra, confía a sus seguidores que Jeha es, de entre todos los sabios, el más grande.
-Jeha conoce más que yo sobre la vida y sobre el mundo. Nunca había tenido un intercambio tan intenso y tan fructuoso. Con un hombre tal, el rey de este país es invulnarable.
-Maestro, no hemos comprendido nada. No intercambiásteis una sola palabra. ¡Explicadnos!.
-El tema que había escogido para nuestra justa...era la creación del mundo. Para comenzar, le pregunté: "¿Sabes que la Tierra es redonda?". Él...me respondió con su trazado: ¡La Tierra es redonda y aquí se encuentra el ecuador!. Luego,...con un segundo trazado, me dice: Las tres cuartas partes están ocupadas por el mar y...una cuarta parte por las tierras. Yo...le hablo entonces de las lluvias que caen sobre la Tierra. Él...me replica: Si la lluvia cae, las fuentes brotan. Después, le hablo de los millones de bestias que pueblan la Tierra. Él me dice: ¡No olvides a los pájaros!. Le indico el cielo diciéndole: El paraíso es para los hombres de buena voluntad. Él me muestra su borriquilla y...me responde: También lo es para todas las criaturas. Yo,...le digo: Sin embargo,...algunos irán al infierno y no tendrán nada que beber . Él me responde: No les será dado ni siquiera un cuenco de agua fresca. Yo,...le respondo: Sus gritos serán tan fuertes como los golpes de un martillo sobre el yunque. Él,...me contesta con una bofetada:¡¡¡Cosecharán aquello que hayan sembrado!!!. ¿No encontráis extraordinario el poder intercambiar conocimientos con un hombre tal sin pronunciar ni una sola palabra?.
Jeha,...por su lado, está igualmente rodeado por la multitud. El rey está feliz. Recupera su esplendor de los grandes días. Los ministros y los consejeros le atienden solícitamente. Una gran fiesta es organizada en honor del héroe del día.
-Cuéntanos todo, Jeha. Cuéntanos. No habéis intercambiado una sola palabra. Cuenta a tu rey. ¡Escuchad todos, Jeha va a hablar!.
- Mi rey,...ese individuo es un sabio ruin, sin valor. No sabe nada de lo que significa la vida. Pretende dar lecciones, pero en verdad no es sino un vulgar ladrón. Pero,....yo te he desembarazado rápidamente de él, como habrás`podido observar.
-¡Habla Jeha!ª
-Mi señor,...así sea.
Él comienza diciéndome: Dame un plato de cuscús.
Yo respondo: Una mitad para ti y la otra para mí. Tenía un aspecto furioso.
Yo: Ya que es así, serán tres partes para mí y una para ti.
En cólera, eleva su mano sobre mí.
Yo le digo: Voy a meterte el puño en el cara,
Entonces él me insulta imitando toda suerte de animales.
Yo le grito bien fuerte para que todo el mundo lo escuche: Vete por donde has venido.¡ No eres más que una gallina mojada!.
Él me pregunta cuántas estrellas hay en el cielo. Yo le respondo: ¡Tantas estrellas como pelos sobre el lomo de mi borriquilla!.
Él me pregunta: ¿Cómo hacer para medir la cantidad de agua de todos los océanos?.
Yo le tiendo entonces mi escudilla: ¡Toma, ve a medir!.
Él me pregunta: ¿Qué es lo que produce el ruido cuando golpea un martillo sobre un yunque?
Yo, le respondo abofeteándolo:¿Qué es lo que ha producido el ruido de la bofetada? ¿Mi mano o ...tu mejilla?
Como tenía miedo de recibir una corrección, se dio a la fuga. He aquí mi explicación, mi rey y señor.
- Sed agradecido, Jeha. ¡Has salvado el reino!.
-¡Gracias , señor! Si alguna otra vez necesitáis mi ayuda, yo responderé presto.
Así, Jeha coge vacaciones.
Se dice...se cuenta.... que sobre su terraza él ofrecerá hasta el fin de los tiempos su espíritu a los sueños y su cuerpo a los cuatro vientos...
Ella Fitzgerald - Street of Dreams
Ella Fitzgerald - Street of Dreams
¿Sabes, mi dulce amiga?...después de escuchar esta canción...quiero vivir en la calle de los sueños...¿tú podrías decirme dónde se encuentra?...